,

arrugado,
todo roto y destrozado,
desconsolado,
amarillo de puro vicio,
con las uñas negras de tanto buscar en lo negro,
siempre tirado y arrastrado,
bebiendo alcohol de la peor cosecha,
sin afeitar,
sin pensar en nada ni en nadie,
simplemente... mal vivir,
desnutrido y desarrapado,
sin hogar que se me conociera,
un día dormir en un banco
y otro día debajo de un puente...
y en la crónica de sucesos del periódico local
vendría una pequeñísima reseña que diría:
"apareció un hombre muerto debajo de un puente".
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