Por la tierra o por el mundo o por el globo terráqueo debe haber otras personas parecidas a mí. No iguales, porque dos seres completamente iguales no los hay. Mismo físico, misma forma de pensar y de actuar y de andar y de comer y de cagar y hasta de dormir. Eso es imposible, eso no existe y ¡menos mal!.Yo si tuviera un ser exactamente igual a mí, estaría acojonado y porque me podría suplantar y decir que soy yo el que se está comportando de esa determinada manera que suele ser mucho peor que tu forma de comportarte y porque si fuera al revés, a lo mejor uno se calla y porque cualquiera se apunta a ganar una medalla. Pero no, normalmente esa mala copia de tu personalidad suele ser más mala y estará dotada de unos profundos pensamientos negros. El gran problema está, ¿en como coño te disculpas?, ¿qué vas a decir que fue tu fotocopia y que no fuíste tú?. Primero está, en que los demás se lo crean. Segundo, tendrás el problema de haber como lo demuestras que fue el otro y no fuíste tú. Suena a disculpa tonta y patatera y te dirán: todos respondéis lo mismo.
Y una vez demostrado que no puede haber dos personas exactamente iguales, pues pasamos al paso siguiente y admitimos que puede haber dos personas muy parecidas en algunos de los planos ya descritos. A mi me jodería especialmente que esa otra persona se pareciera mucho a mí en el plano físico y porque aparte de preocuparte por el bien de tu existencia, tendrías que esar demostrando todo el rato, que no eres el otro al que te pareces tanto físicamente. Mirar, os lo demuestro: pienso distinto, siento de otra manera, quiero a otro nivel, duermo de lado y no panza arriba, te cojo del brazo y casi nunca te cojo la mano, mastico despacio, hablo poco y soy parco de palabras, amo el silencio, soy muy utópico, me encanta el deporte pero para nada me gusta el correr por las verdes praderas, me gusta la diferencia y lo frágil, tengo millones de buenos sueños, a veces entro en estado apesumbrado y melancólico y hasta hoy, no tengo demostrado porqué me pasa. Vale, tenemos la misma calva, pero tenemos distintas ideas. Yo me comunico fácilmente, él creo que menos. Yo no soy envidioso, pero él creo que sí lo es. Los dos tenemos los ojos verdes, pero los míos son miopes y mucho más entrañables. Y por si no os habiáis dado cuenta, la comparación entre los dos, siempre me favorece a mí, pues para eso soy yo el que escribo y porque por instinto primitivo, uno siempre debe barrer hacia su casa.
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