EN PLAN METRALLETA

Se me vuelve a acabar el tiempo y tengo que seguir con la trabajera de mi casa y en momentos como éste es cuando me pregunto ¿porqué me complico tanto la VIDA?. ¿No podía conformarme con la casa que tenía y tal como la tenía?. Pues al parecer no y porque una de las cosas o razones que he aprendido en ésta vida, que si a la casa no le untas manteca y de la fina, al final te puede la ruina. Pero también he aprendido otra cosa, que en lo que me resta de mi vida y lo juro por mis muertos, que no vuelvo a tener una casa o una vivienda en propiedad.

Ésta va a ser mi última propiedad de mi pequeña y minúscula historia, bueno y la caja de pino que guardará mi cuerpo muerto. Además de que eso de que es tu propiedad queda muy en entredicho, es más propiedad del Banco que me dio o que tuvo el honor de concederme el Préstamo Hipotecario, que mío. Y cuando pienso en eso me entre el vértigo y porque para pagar sus cuotas mensuales tendré que seguir currando hasta los 100 años o casi. No tanto, pero hasta los 70 años, sí. Y sigo pensando que el Banco se ha jugado mucho conmigo, pues en mis buenos tiempos de chorizo hubiera pagado como mucho dos cuotas y punto.

Pero coño, me ha pillado siendo padre de familia y como un señor que por su edad y por su abolengo tiene que ser un señor responsable, pues por eso el Banco me tiene cogido por mis mismísimos cojones. Y una pregunta antes de seguir con ésta perolata, ¿Y yo que sé como estaré a los 70 años? y es que a lo mejor tengo que ir con los Dodotis puestos a currar y sin piños o con piños sintéticos y por la osteoporosis generalizada, tendré que ir en silla de ruedas o con muletas. Es duro mi porvenir, pero juro que fue más duro cuando tenía 30 años más o menos y en cambio estoy aquí  y sigo largando estupideces en plan metralleta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR