Quedan aquellos paisajes lunáticos,
con la luna colgando del techo de la noche.
Queda la puerta de mi habitación entreabierta,
por si entrabas a hurtadillas
y buscando mi cuerpo entre las sábanas.
Pero me fui acostumbrando al vacío de tu cuerpo
y a dormir con los fantasmas de mis sueños.
con la luna colgando del techo de la noche.
Queda la puerta de mi habitación entreabierta,
por si entrabas a hurtadillas
y buscando mi cuerpo entre las sábanas.
Pero me fui acostumbrando al vacío de tu cuerpo
y a dormir con los fantasmas de mis sueños.

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