Hoy es lunes y día 29 de enero. Por primera en casi toda mi vida he llegado con pasta a éstas alturas del mes de enero. Por "a" o por "b" o mejor dicho después de pasar navidades fuera de la isla y tener pagar la estancia y los viajes pertinentes y si añadimos como postre, los putos Reyes de los cojones, la suma de todo esto es igual a quedarme sin pasta desde el día 10 de enero. No es que ahora ande sobrado, pero hoy tuve que ir al cajero y pude sacar pasta fresca. Que me lleven los demonios si lo que estoy diciendo no es una verdad como un piano. Los hechos para eso están y están para demostrar que si no tuviera pasta en el banco, hoy no hubiera podido sacar del cajero ni un solo euro. Cuantos años han pasado de ésta manera, quizá fueran décadas. Y eso que he tenido nóminas navideñas que daban para comer a toda una tribu, pero como soy de gatillo fácil, además de que la pasta me escuece en el bolsillo, en conclusión en diciembre y los 10 primeros días de parecía todo un potentado rico y a partir del día 10 de enero, me tenía que comer los mocos.
Yo no soy de caprichos muy caros, pero sí que tengo mis cosas y me gusta lo bueno, que además suele ser caro. De grandes coches de marca y potentes con 100.000 caballos, paso. De ropa de marca, de aifon de última generación, de motos supersónicas, de bicis ligeras como una pluma, de relojes de lujo...también paso y paso kilómetros. Me gusta tener un buen ordenador con su buena pantalla (pero no hace falta que sea, un apple), la bici que sea eléctrica y por cuestiones de edad, un móvil que cumpla bien sus funciones pero sin pasarse en en su precio...El coche que sea mediano pero eso sí, con un motor medio potente y para no quedarme tieso en los adelantamientos. Me gusta adelantar y otras veces, me gusta ir a velocidad crucero, pero si un momento me veo apurado, quiero tener motor suficiente para salir entero del enredo.
La casa, no. La casa me gusta grande y con mucha historia en sus paredes (me encantan las casas antiguas pero a la vez, convenientemente reformadas). La casa es mi gran nicho donde me encierro a cal y canto. A la casa la cuido con mimo y la adorno de flores y plantas y le cubro de pequeños detalles que para muchos no tendría la importancia que yo le doy. Éste es mi punto flaco y mi talón de aquiles. Lo primero soy yo y siempre seré yo, después está la casa en donde vivo y en tercer lugar, quedarían los demás y empezando claro está, por los más cercanos. Bueno en fin, no es exactamente así y porque entre otras cosas, están mis hijos, pero un poco se aproxima.
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