Tú escribes algo, lo que sea y lo haces porque te da la gana y porque te apetece y en principio sin que te importe demasiado lo que los demás puedan decir o hablar de tu puto escrito. En mi caso tengo un blog y en el escribo lo que quiero, pero claro, a veces emito una opinión muy mía sobre algo que he sentido o que he visto o me han hecho, pues pasa que siempre hay algunos que te van a poner a parir. Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de ello y entre 100 personas siempre tiene que haber algún gilipollas que se atreve a contra opinar (cosa muy loable) pero faltándote al respeto (cosa ya no tan buena). Lo de contra opinar tiene su lógica y porque es todo un derecho que debe ser ejercido, pero si yo no te estoy faltando a tí en concreto, ¿porque tú me faltas a mí?. El que escribe soy yo y me arriesgo a ello, pero en ese riesgo no va contemplado que se me pueda faltar al respeto (no hay un contrato firmado). Pero aún así, lo hacen y además, se quedan tan tranquilos. Ellos no arriesgan nada y se dedican a intentar destrozar a los que decimos y escribimos algo.
Vamos a ver. Yo no quiero dar pena ninguna y porque no necesito vivir de las penas de los demás (y de las mías, tampoco). Me gustan más las alegrías vividas y las que quedan por vivir, el que se alarguen los buenos y mejores momentos, el que los instantes felices sean más intensos y apasionantes, me entusiasma el olor a café de las mañanas, el aroma del jazmín o de la madreselva o de la flor de azahar...y podía seguir así hasta el infinito y más allá. Lo que quiero decir, es que tengo un millón de cosas para disfrutar y desde luego no va a joder el día, un payaso al que lo que le divierte más, es ejercer
su falta de respeto. Leen algo ajeno (que puede ser más o menos bueno o peor) y piensan que tienen el deber de destrozar al autor. Ya no de destrozar a ese escrito, sino de ir a la yugular del tipo o tipa que lo escribió.
Al principio de todo, es decir hace 12 años, éstas pequeñas cosas me afectaban y me quedaba hecho polvo. Ahora, como que no. Digamos que ahora, el tema este me jode y me duele, pero os juro que no me mata ni me hiere de gravedad. Ahora paso página cuanto antes o cambio de libro o de historia o simplemente, me pongo a escribir sobre otro tema. Desde que cerraron gran parte de los circos, ha quedado mucho payaso suelto que ahora va por libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario