EL ACEITE En lugar de decirme te quiero mi padre me regalaba aceite y mi madre me cosía la ropa. Les domaron de niños de esta manera y aún peor… Nacer en aquel tiempo oscuro en el que, a falta de pan, se comían las palabras mejores y olvidaban su significado. Me ha llevado toda la vida aprender su idioma, pero me han quedado secuelas: nunca coso por si acaso y cuando miro el aceite las manos me llevan a tu encuentro y escribo poemas. Para aprender a amar hay que nacer muchas veces. A mi padre, in memoriam. |
BEGOÑA ABAD
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