AL PRINCIPIO DE TODO

 

Al principio de todo
éramos tierra de nadie en medio de un páramo.
Más tarde crecimos como seres vivos,
siempre latiendo
siempre queriendo
siempre abriéndonos paso entre el gentío.
Y así hasta que de repente
se nos arrugó el cuerpo
y se nos expandió el alma
y entonces nos dimos cuenta
de que estamos y somos viejos.

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GEORGE ORWELL