El roce no hace al silencio.El silencio se hace de muchas largas horas,del día a día y desde la mañana a la noche,de esa paciencia infinita que hay que tener en los momentos importantes,de ese instante en que se apaga una velay en nuestra cabeza sigue
encendida,de ese movimiento que flota como una caricia lenta y suave en el aire,de ese enmudecer dentro de una boca cerrada y muda,de ese soñar con monstruos que no tienen nombrey de esa infinita quietud de las estatuas de piedra.
El roce no hace al silencio.
El silencio se hace
de muchas largas horas,
del día a día y desde la mañana a la noche,
de esa paciencia infinita que hay que tener en los momentos importantes,
de ese instante en que se apaga una vela
y en nuestra cabeza sigue
encendida,
encendida,
de ese movimiento que flota como una caricia lenta y suave en el aire,
de ese enmudecer dentro de una boca cerrada y muda,
de ese soñar con monstruos que no tienen nombre
y de esa infinita quietud de las estatuas de piedra.

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