Y mi pueblo, tiene más cosas. Tiene Bares y terrazas y los Bares son como en todos los sitios, cuatro mesas, una barra y en plan abrevadero. O sea allí se va a privar y no a ver arte, ni cuadros, ni cosas bonitas. Y en tal caso se cuelgan cinco baratijas de los chinos y eso sí, con su bonita capa de grasa y con eso llega y sobra. Que un Bar es un bar y lo importante en un bar es que no falte de nada bebible y si pides un vodka de la marca "La perestroika", pues que lo haya y en abundancia. Y que los wáteres de los Bares conserven su aire añejo y no puede faltar los meaos por el suelo, ni esa avellanita de mierda que tiene que haber en la taza de un water. Ni que falten los óxidos y la falta de jabón, pues para que coño quieres jabón, si solo te has meado la mano.
Y que no falten esas pintadas que hay en la puerta de todos los wateres y con sus te quiero Ana y el yo estuve aquí y ¡a mi que coño me importa! que estuvieras ese día en éste puto water asqueroso. Pero que sería de un water de un Bar sin todos estos complementos, pues sería un water en plan aséptico y sin filosofía. Hay que ser muy tonto para no darse cuenta que el water de un Bar está lleno de sabiduría y que todo tiene su orden y su porqué.
Y eso que ya jodieron una parte del tinglado, pues ahora pusieron tazas para cagar y mear, pero eso en mis tiempos era inexistente y había un agujero en el suelo y adonde tenías que apuntar la cagada. Y eso tenía su arte, pues si cagabas en el agujero de lleno el zurullo al caer sobre el agua asquerosa, te salpicaba el culo y si apuntabas demasiado hacia un lado, se quedaba toda la mierda pegada. Por tanto había que saber apuntar y cagar justo en el filo del agujero. Y mientras y para veáis que todo tiene un sentido, te deleitabas leyendo la literatura de la puerta. Y él yo cagué aquí y eso la verdad, es que llenaba de orgullo mi cagada, pues otros patriotas también habían cagado allí. Y ¡Viva España! y después se oía el cloc de mi cagada. ¡Y que bonito Epitafio!.
Y que no falten esas pintadas que hay en la puerta de todos los wateres y con sus te quiero Ana y el yo estuve aquí y ¡a mi que coño me importa! que estuvieras ese día en éste puto water asqueroso. Pero que sería de un water de un Bar sin todos estos complementos, pues sería un water en plan aséptico y sin filosofía. Hay que ser muy tonto para no darse cuenta que el water de un Bar está lleno de sabiduría y que todo tiene su orden y su porqué.
Y eso que ya jodieron una parte del tinglado, pues ahora pusieron tazas para cagar y mear, pero eso en mis tiempos era inexistente y había un agujero en el suelo y adonde tenías que apuntar la cagada. Y eso tenía su arte, pues si cagabas en el agujero de lleno el zurullo al caer sobre el agua asquerosa, te salpicaba el culo y si apuntabas demasiado hacia un lado, se quedaba toda la mierda pegada. Por tanto había que saber apuntar y cagar justo en el filo del agujero. Y mientras y para veáis que todo tiene un sentido, te deleitabas leyendo la literatura de la puerta. Y él yo cagué aquí y eso la verdad, es que llenaba de orgullo mi cagada, pues otros patriotas también habían cagado allí. Y ¡Viva España! y después se oía el cloc de mi cagada. ¡Y que bonito Epitafio!.

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