A veces no es necesario buscar en tus propias palabras porque ya está todo escrito y recuerdas esa frase de E. Hemingway que leíste hace ya tiempo: "La mejor forma de averiguar si puedes confiar en alguien es confiar en él." y que te lleva, irremediablemente y casi sin pensarlo, a lo que escribió J. Saramago: "Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos." y te hacen comprender lo que dijo A. Pizarnik: “Cuídate de la sombra de su sombra”. Y pareces perdida y sin palabras hasta que recuerdas lo que le leíste a S. Plath “No es noche ésta de ahogarse” y lo que dijo G. Sainz: "Comprenderlo todo es ver que nada podría haber sido de otro modo del que es." y decides lo mismo que en su momento hizo Chang Soo Ko "Tu voz que salió de la penumbra regresa a la oscuridad.", porque crees lo que dijo R. Tagore: "Yo sé que las nubes duran sólo un momento y que el sol es para todos los días." Y al fin, te quedas con la gran verdad que encerraban las palabras de B. Prado: “Lo que importa de un poema es en quién te convierte”. Y sabes que ya está todo escrito.
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