QUERIDO PABLO IGLESIAS (MANDAMÁS DE PODEMOS):
Ya van varias cosas que no me gustan de ti y de tú Partido. Una que te crees el rey del mambo y que después de ti y Podemos no hay nada. Dos, que menuda prepotencia que derrochas, que los demás movimientos y partidos de izquierdas que se unan a tí o a Podemos y porque sois la única alternativa al PP y al PSOE y eso al parecer ya venía escrito en las Sagradas Escrituras. Tres, que a éste paso y para ganar votos os disfrazaréis de lagarterana y porque sois tan listos y los demás tan estúpidos, que sin vosotros los estúpidos no somos nada. Pues sabes lo que te digo mi querido Coletas: que a mi me importa una mierda los votos y que prefiero ser un izquierdista trasnochado e iluminado, que un camaleón que se adapta a todas las circunstancias y con el fin más que claro, de sólo ganar en votos y es que al final yo me pregunto ¿para qué?, porque al ritmo de rebajas que vais, vuestro programa corre el riesgo de quedarse a la derecha de Ciudadanos. Y esto queda escrito y para que nadie se olvide de que un día lo dije...y además, lo advertí.
Y bueno y todo hay que decirlo, que ojalá me equivoque en mi análisis, pero tengo que decir que yo tengo mucho de intuitivo y huelo la prepotencia a miles de kilómetros de distancia. Y la Prepotencia lleva a querer almacenar el poder y que todo lo que se haga tienen que pasar por sus manos y al final, un tío que iba para ser lider de la izquierda se convierte en un Hugo Chavez de la vida o sea en un amasijo de Poder. Y ya está, desde esa el tío se considera imprescindible y todo lo que se diga en su contra o mejor dicho, de los que el tío haga en la cúspide, es por supuesto, contrarrevolucionario. Y la consecuencia inmediata, es que empiecen a rodar cabezas.
Y esto que digo no es por decir, pues en la Historia hay cientos de casos en que pasó lo mismo que yo describo. Es difícil luchar en contra del rebaño, porque al fin y al cabo, pasa eso, que siempre hay un iluminado al que vota o apoya la gente y como seres humanos, creo que volveremos a tropezar en la misma piedra. E insito en una cosa, ¡en qué ojalá me equivoque!.
Ya van varias cosas que no me gustan de ti y de tú Partido. Una que te crees el rey del mambo y que después de ti y Podemos no hay nada. Dos, que menuda prepotencia que derrochas, que los demás movimientos y partidos de izquierdas que se unan a tí o a Podemos y porque sois la única alternativa al PP y al PSOE y eso al parecer ya venía escrito en las Sagradas Escrituras. Tres, que a éste paso y para ganar votos os disfrazaréis de lagarterana y porque sois tan listos y los demás tan estúpidos, que sin vosotros los estúpidos no somos nada. Pues sabes lo que te digo mi querido Coletas: que a mi me importa una mierda los votos y que prefiero ser un izquierdista trasnochado e iluminado, que un camaleón que se adapta a todas las circunstancias y con el fin más que claro, de sólo ganar en votos y es que al final yo me pregunto ¿para qué?, porque al ritmo de rebajas que vais, vuestro programa corre el riesgo de quedarse a la derecha de Ciudadanos. Y esto queda escrito y para que nadie se olvide de que un día lo dije...y además, lo advertí.
Y bueno y todo hay que decirlo, que ojalá me equivoque en mi análisis, pero tengo que decir que yo tengo mucho de intuitivo y huelo la prepotencia a miles de kilómetros de distancia. Y la Prepotencia lleva a querer almacenar el poder y que todo lo que se haga tienen que pasar por sus manos y al final, un tío que iba para ser lider de la izquierda se convierte en un Hugo Chavez de la vida o sea en un amasijo de Poder. Y ya está, desde esa el tío se considera imprescindible y todo lo que se diga en su contra o mejor dicho, de los que el tío haga en la cúspide, es por supuesto, contrarrevolucionario. Y la consecuencia inmediata, es que empiecen a rodar cabezas.
Y esto que digo no es por decir, pues en la Historia hay cientos de casos en que pasó lo mismo que yo describo. Es difícil luchar en contra del rebaño, porque al fin y al cabo, pasa eso, que siempre hay un iluminado al que vota o apoya la gente y como seres humanos, creo que volveremos a tropezar en la misma piedra. E insito en una cosa, ¡en qué ojalá me equivoque!.
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