126 AÑOS

Y hoy toca de comida, la misma ensalada de siempre y chuletas de cerdo al papillote, que pasarlas por la plancha y después con apio, brecol y zanahoria se envuelven en papel albal o de aluminio y se pasan 20 minutos por el horno. Yo lo del papel de aluminio no lo supero nunca, me parece una guarrada asquerosa y es que estoy seguro que con el calor del horno ese papel destila toda su mierda aluminosa y no alumínica.

O sea que el aluminio se deposita en tu estómago y hace una capa y entonces parte sube a la sangre y ésta se va a la cabeza y te entra una empanada que te cagas y nunca mejor dicho, el que te cagas. No sé, pero nosotros los humanos comemos y bebemos mucha mierda y después nos hablan de las factores cancerígenos y demás mierda patatera y yo en mi caso, además fumo y ya sé que soy gilipollas, pero dios cuando me hizo, me hizo así de gilipollas y eso ya no hay quién lo cambie y moriré siendo un gilipollas redomado.


Y pondré sobre mi tumba un lindo epitafio: éste tío vivió como quiso y le dio a todos los vicios y aún así vivió 126 años, que son los años que tengo calculado para poder estirar la pata. 126 años de lujuria pecaminosa, 126 años de maldad, 126 años de vivencias descontroladas, y 126 años, de dar por el culo a todo el mundo.

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JULIO CORTÁZAR