EL FOLLAR

Casi las 12 de la mañana y ahora sonarán las campanas y con esa alegría tan eclesiástico y es que a veces, esas campanas me suenan a como si el cura se acabara de echar un polvo y lo celebra aporreando las campanas. Cada uno celebra las cosas como quiere o como puede, yo los polvos los celebraba con un cigarrillo entre los labios y manteniendo una conversación banal sobre lo que fuera. Yo sé que en el fondo estaba esperando, que me dijeran que había sido una máquina folladora y claro, que nunca había disfrutado tanto como conmigo.

No nos llevemos a engaño y seamos sinceros ¿qué tío no esperaba eso?. Puedes ser el mejor del mundo en lo que sea y ser el mejor contorsionista o futbolista, pero si eres un fracasado follando, ese triunfo te sirve de muy poco. Porque una cosa es lo que proyectas y otra cosa diferente es lo que sientes y ese sentimiento de frustración te devora por dentro. Y todos, creo yo, después de un polvo esperamos una medalla de recompensa y porque tú has sido el mejor necesitas esa recompensa.


A mi pocas veces me cayó esa breva y eso que la busqué con verdadero ahínco. Pocas veces escuché eres el mejor del mundo follando y en cambio escuché más veces, bien, pero te has corrido antes de tiempo o también, bien, pero me gusta disfrutar más de los preliminares. Ese bien, es un bien que significa mal, pero claro como saben que duele, de alguna manera te intentan consolar con ese bien paternalista. Yo ahora, como la verdad no follo nada, no tengo ese problema, las pajas siempre salen bien.

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JULIO CORTÁZAR