Siguen las moscas tocándome los
cojones y pican y atacan y atacan y molestan y yo doy cada hostia al
aire que si pillo una la espachurro y la dejo seca y dispuesta para
ser disecada. Después la paso a mi sala de exposición y le pongo un
cartelito que explique su procedencia y lo que le caracteriza como
especie diferente dentro de la familia de las moscas. Hay la mosca
cojonera, que es la que te pica y molesta continuamente y que nunca
o casi nunca alcanzas al vuelo.
Hay la mosca que sólo suena su puto
zumbido cuando apagas la luz de tu mesilla y cuando la enciendes todo
cabreado, la tía para y espera a que la luz se apague. Hay la mosca
de la mierda y de la carne putrefacta y ésta es verde tirando a
negro y es más grande que su congéneres y a mi personalmente me da
un asco que te cagas, además en cuanto ven un filete, se apresuran a
poner sus huevos amarillos y te entran ya no ganas de vomitar, ganas
de no comer el filete.
Después hay una subespecie que hace
los dos cosas a la vez, o sea te pica y te altera y al mismo tiempo
caga por donde vaya. Tiene tamaño intermedio y su color es tirando
al marrón verdoso y es la que deja esos pequeños puntos negros como
señal de que ahí ha estado o sea que deja su huella mosquil. La
verdad es que no hay una mosca buena, todas son malas y están sólo
creadas para joder tu existencia y para alterar tu paciencia. Bueno
la única solución posible está en el exterminio y una buena
fumigación es la solución que tiene más puntos. Y yo en éste
momento, ya estoy en ello.
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