CRUJIR Y RECHINAR

Todo son mareas de pensamientos y suben y bajan y se desplazan. Pensamientos y sentimientos y que quedan envueltos en paquetes de sensaciones. Tengo la sensación de querer el todo, todo lo que veo y siento y quiero hacerme con ello. Y aquí no hay propiedad comunal posible, sólo hay un deseo único, personal e intransferible y es que quiero tener al mundo en mis manos. Pero como dicen en el mundo del fútbol y con esa falsa modestia, de que yo no juego para meter goles, yo juego para que gane mi equipo.

Y una mierda para ellos, los futbolistas de élite son una panda de desaprensivos egocéntricos y sólo juegan para ellos mismos y para destacar por encima de los demás. Pues yo hoy igual, yo quiero todo para mí y en tal caso dejar para los demás las migajas que me caigan al suelo. Yo soy sincero y eso al final se paga y se paga por envidias ajenas y se paga con creces, porque al final el ser sincero tiene su alto precio y todo dios y sobre todo, los jefes, te acaban reclamando el porqué dijiste eso y el porqué dijiste aquello.


Y ahora muchachos la acabáis de cagar definitivamente, me acaban de arreglar el Internet y el rayo se había llevado a todo por delante, pero ahora ya está arreglado y por tanto, ya os podré escribir en escrupuloso directo, con letras aún crujientes y recién salidas del horno y con sus defectos añadidos, que también los tiene. Ahora sabréis lo que es padecer en vida, lo que no padecisteis antes y ya estoy escuchando, el crujir de los huesos y el rechinar de los dientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR