Las 12 y cuarto de la mañana y ya
había cantado victoria y porque en teoría el Internet estaba
arreglado y puede que lo esté, pero de momento no consigo conectarme
y no sé si será porque soy un tío difícil de entender y las
cables del internet no tienen todas las conexiones que tocan. Soy
difícil y porque para mi nada es sencillo, ni lo fue, ni lo será.
Yo no concibo al mundo así de fácil y como una simple sucesión de
días y noches, pues por el medio quedan las palabras, los
pensamientos y los sentimientos, queda el verdadero mundo que nos da
el sustento.
Es el mundo de la filosofía de la vida
y el porqué haces las cosas y el porqué dejas de hacerlas y el como
y hacia donde diriges tus pasos. Porque nuestro fin no es vivir en si
mismo, es vivir pero dignamente y con la cabeza bien alta y con la
mirada al frente. Dignidad es una palabra, hoy muy denostada y se
utiliza erróneamente y se habla de dignidad colectiva cuando en
realidad hoy en día, no existe esa palabra. Y porque todo se hace en
función de unos cuantos personajes y cuando estos están en crisis,
es cuando nos dicen que debemos apoyar dignamente y solidariamente a
los cuatro cabrones que nos han engañado y estafado.
¿Y hay algo más indigno que la
mentira y que la mentira oficial de un Gobierno?. Si yo estoy
indignado y mucho y tanto que no quepo dentro de mi mismo y como dice
el Enriquito Iglesias: “Yo ya no puedo más”. Hasta aquí he
llegado, hasta ésta orilla del mar Mediterráneo y desembarqué en
una preciosa cala de ésta Isla y aquí sigo, lamiéndome como un
perro mis heridas sangrantes y de vez en cuando aullando como un loco
desesperado que sólo reclama dignidad en nuestra vida cotidiana.
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