Las cosas no hablan
los búhos tampoco,
los búhos ululan,
las lenguas murmuran
y cuchichean palabras a oídos ajenos.
Las cosas en cambio, no hablan,
ni dicen nada,
salvo que las rompas
y entonces, lo dicen todo.
Yo me parezco mucho a las cosas,
soy parco de palabras y corto de gestos,
me gustaría haber sido lo contrario,
pero ahora ya es tarde para volver atrás...

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