DE REPENTE VI LUZ


 

Me faltaba la valentía...
la valentía de decir:
¡estoy aquí y ¡¿qué pasa?!.
Todo lo que hacía lo hacía por si acaso...
Por si acaso sonaba la flauta.
Por si acaso y de repente...
se daba cuenta que me quería.
Por si acaso y de una vez por todas
abría los ojos y ya nunca más los cerraría.
Por si acaso necesitaba un alma en pena que la quisiera.
Por si acaso le daba lástima y pena
y por si necesitaba un hombro sobre el que llorar y maldecir.
Menos mal
que se puso a llover en aquel instante,
y aquellas gotas de agua fría se deslizaron por mi cuello
y corrieron por mi espalda
y hasta morir exhaustas al borde de mis nalgas.
Mientras tanto,
mis alarmas se disparaban,
y todas a la vez me decían:
cuidado que estás cayendo en su propia telaraña
Y en esas di un salto hacia delante
y rompí todos los cables y comunicaciones
que me ataban a esa persona.
De repente vi luz
y después pasó...
que la luz se vino conmigo.

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JULIO CORTÁZAR