Por mucho que me cueste reconocerlo, nosotros nacemos predeterminados y me refiero, al carácter de cada uno. Me cuesta reconocerlo, porque siempre tuve la idea de que el carácter se forjaba más por la educación recibida y por el ambiente en que te has criado, que también están ahí e influyen y mucho, pero que en definitiva, no determinan el carácter de uno.
Porque sino no se explicaría que haya personas que nacieron y vivieron en un ambiente agresivo y de malos tratos y después sean personas afables y tranquilas, aunque siempre les queda el gusanillo de si algún día no se le despertará la bestia inmunda que llevan metida dentro y acabarán siendo como el padre o la madre. Y lo mismo pasa al revés. Entonces hay algo más profundo que marca el carácter de uno.
Hay algunos que nacen sedados y de adultos siguen con su sedación y no les importa en exceso que no se esté de acuerdo con lo que están diciendo, ni están hechos para confrontaciones de cara a cara y con los ojos cubiertos de rabia, ni para mantener firmes sus opiniones y si ven que hay discrepancias, no insisten más en sus argumentos, simplemente pasan y siguen a su bendito rollo. Y puede ser por dos cosas, una que se quedaran sedados de por vida por la placidez que dió el líquido amniótico y por tanto, están a gusto con su forma de ser y punto. Y también puede que la madre le atizara demasiado a los tranquilizantes y éste tipo de sedación ya es otra cosa, es más tipo, empanada mentaly porque se ha quedado un poco descerebrado.
Hay otros que nacieron peleones y entre los que me incluyo y eso no significa estar cabreados todo el día, sólo que el gatillo se nos dispara más fácilmente que a los demás. Y digo que me incluyo, pues después de analizarme en las tres dimensiones he llegado a esa conclusión. Mi entorno ha influído y mucho, mi infancia fue de excesiva agresividad y daba igual que fuera en la calle, en mi casa, en el colegio o recogiendo lindas margaritas y porque al final la tierra tiene piedras y te llenabas los bolsillos de piedras y por si acaso sufrías un ataque por la espalda. ¿Sabéis lo que es no fiarse de nadie?, pues así era como funcionaba la cosa, pero aún así estoy seguro que si me llego a criar en un ambiente plácido y tranquilo, también sería peleón y agresivo. Aunque aquí matizo que no necesariamente ser peleón incluya ser agresivo o sea que puedes ser peleón sin ser agresivo.
Pero en mi caso van incluidos ambos conceptos y es que además no sé muy bien si a veces no me busco motivos para poder dar rienda suelta a mi agresividad latente y porque a veces, siento como late dentro de mi cuerpo. No siempre, desde luego, pero algunas veces si lo pienso y así lo siento. Es como el que nace sedado y que busca alternativas vitales que le ayuden a desarrollar más su lado de sedación y se va a sitios tranquilos y donde reine la paz y la tranquilidad infinita. Pues un agresivo peleón hace lo mismo, busca sitios o situaciones donde es más fácil que pueda saltar la chispa y la chispa lleva a la pelea y la pelea lleva a que salte la sangre.
También los hay que nacen felices o tristes o foribundos con el mundo. Al feliz y al triste de nacimiento, más vale de darles de comer aparte, pues son como dos vegetales que viven sólo en su mundo rodeados de flores o de sauces llorones. Y al foribundo o cabreado permanente, es mejor matarlo de chiquitito y antes de que aprenda a usar palos o armas arrojadizas o pistolas o metralletas y se vaya al colegio y a cargarse niños de su colegio, y digo matarlo por decir algo, pero si digo que hay que atarlo en corto y porque sino te acabará matando a ti y a base de disgustos o de palos mentales, depende de lo que sepa manejar mejor.
Por último, los hay que nacen resentidos y estos no nacen de cara al mundo, nacen del revés y hacia dentro y por eso su visión de la vida es la de una cueva negra y que además, no tiene salida. Y en esa cueva oyen voces y ecos y todas hablan mal sobre él y todos a la vez y al mismo tiempo, porque en el fondo un resentido se cree el ombligo del mundo y siempre piensa que están hablando de él. A estos es mejor cerrarles la cueva a cal y canto y asunto solucionado.
Queda un surtidillo variopinto, donde se mezclan los que nacen emperadores que por sus cojones queren mandar sobre los demás o princesas que por su delicadeza se sienten de la realeza y por supuesto, hay los que nacen descerebrados y que abundan demasiado y mirar si abundan tanto, que aquí en España, tenemos a un Gobierno (año 2.014 y de aquellas gobernaba el PP) lleno de ellos, pero que quede clara una cosita, ellos están ahí porque hay millones de descerebrados que les han votado. Aquí nadie se va de rositas. ¡Qué quede claro!

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