A VECES, ME CONVIERTO EN ÁRBOL


A veces, me convierto en árbol
y con el paso del tiempo
me hago centenario.
Aunque primero echo raíces
donde mejor me dan de comer.
Después, me brotan ramas y hojas por doquier
y a veces, me hago caduco
y por eso con el otoño
me dejo caer el pelo y parte de mi piel.
Soy más árbol que hombre
tengo más savia que pelo,
tengo más corteza que fina piel,
tengo más cielo que suelo
y tengo unas raíces tan profundas
que hasta a veces pienso
que estoy ante las puertas del infierno.

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JULIO CORTÁZAR