A VECES...

 


A veces el viento de la noche

me trae consigo el aliento del mar

y me inunda de algas y ansiedades marinas,

mientras la espuma blanca me aclara la garganta

y me concede permiso para bostezar.


A veces

y mientras los demás duermen,

me entran unas inmensas ganas

de convertir el silencio de la noche

en una algarabía llena de ruido y bullicio

y así y poco a poco,

 se encenderían luces desesperadas y malhumoradas

y entonces y en ese mismo momento

diría a voz en grito

¡he sido yo!

y una vez que todo el mundo estuviera despierto,

yo me iría tranquilamente a mi cama

y entonces sí

y entonces sí que por fin, me dormiría en paz.

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JULIO CORTÁZAR