DIGO YO...
En el recuerdo quedarán
las tardes de éste mes de abril
(Abril del 2020)
Tardes largas confinadas entre los muros de mi
casa
que por muros no será,
tienen 120 años y están más derechos que yo,
claro que su grosor es de muralla medieval reforzada.
Cuántas veces me habré preguntado,
¿ cuánto sabrán éstas paredes?
han pasado familias y de distinta estirpe y condición,
han pasado guiris queriendo hacer
un hotelillo de poca monta,
(entre cutre y lo siguiente)
y ahora su último poblador, soy yo.
Dentro de éste pertinaz confinamiento,
tengo a dos de mis hijos conmigo
e igualmente la casa sigue siendo grande e inmensa,
parezco un conde solitario en medio de su gran castillo.
Como dice el otro,
así me entretengo
y tengo para subir y bajar muchas veces
y cambiar de decorado otro montón de veces,
nunca sobra nada cuando todo te gusta,
"mi casaaaaa" como decía ET mientras señalaba el cielo,
y yo digo "mi casaaaaa" sin señalar a nadie,
en tal caso señalo igualmente al cielo,
pero porque me gusta su vestido azul de hoy
me encanta su traje de noche
con sus estrellas brillantes
y su luna alucinante y apabullante.
Entre millones de individuos
estoy yo y estoy metido en mi casa,
enterrado vivo bajo estos insondables muros.
Hoy es tan hermoso el día,
que me estremece,
sol limpio y sin partículas asesinas,
claridad bestial,
luminosidad en su máximo,
colores más vivos que nunca,
la calle tranquila y sosegada,
el gato del vecino maúlla en el silencio de la tarde,
las voces son mudas,
no hay coches,
no hay motos,
no hay ruido de infernales máquinas.
Sino fuera por tantos muertos que hay y que hubo,
yo me preguntaría
si esto no está en pleno el paraíso
digo yo... que estará muy cerca.

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