Cada uno tiene que apencar con lo suyo, para eso es suyo y porque con lo suyo puede hacer lo que quiera. ¡Estaría bueno! que no fuera así y que yo tuviera que resolver los problemas de los demás. Una mano siempre se puede echar, pero echar una mano no es lo mismo que te pasen su peso de mochila y cuerpo. Y si tienen la mochila muy cargada, pues que la vacíen o que la tiren o que la llenen hasta reventar, yo que sé, cada uno puede hacer lo que quiera mientras no acabe mewtido en mi cama (salvo si yo quiero, evidentemente). Es que hay algunos que les encanta llenarla y cuando están rebasados y ya no pueden más con ella, te piden socorro sin más, quiero decir, sin que ellos hagan nada más que pedir auxilio. Y eso supone para el que los tiene que oír, un rosario indefinido de contradicciones y de malos rollos, que además no entiende ni el mismo que te los está contando. Son gente especialista en contar sus problemas a los demás, mientras ellos nunca acaban agobiándose y porque de esto, te sueltan a ti el coñazo y entonces, ellos se vacían y mientras tú te llenas, con lo tuyo y con lo del otro.
Y por eso dejan que de contínuo se llene su mochila, porque nunca se van a agobiar. Bueno, eso y hace mucho tiempo me pasaba a mi, que escuchaba a elementos como estos y la verdad es que quedé saturado para el resto de mis días y noches. Aparte que ahora los reconozco antes de que vengan a por mí y les huelo y les veo rápidamente el plumero (lo intuyo antes que verlo). Porque tienen un biotipo determinado y se les nota en los pequeños detalles de cada día. Ellos son los más sufridos del mundo y criar a los hijos es lo más difícil de su existencia y nunca duermen y por eso llegan tarde al trabajo o a lo que sea y siempre con los dejadilla: "fulanito házme el favor de cubrirme, que yo llegaré más tarde", ya sabes que los niños pequeños no te dejan dormir.
Y yo no sé como criaste a los tuyos, pero yo te juro que no puedo más, te dicen. Y lo de los hijos es sólo un ejemplo entre otros muchos, porque ellos se aprovechan de todo y es que me he divorciado y estoy muy jodido y sólo y para ver, si así te dan pena. ¡Coño! que se lo cuentas a otro que se ha divorciado ¡hostia! y por eso ya he pasado y tú ni te enteraste, le dices. Y el tío va y te contesta, que es que tú supiste llevarlo y yo no soy capaz de asumirlo. Y tú pensado en todos los malos momentos que pasaste y entonces le dices: "es que lo que pasa tío es que yo no soy como tú y no voy llorando por las esquinas y dando pena lacrimógena, yo me lo he tragado y digerido y ahora te toca a tí tener que mojarte". Pero hacen que no te oyen, cuando en realidad te oyen y bien clarito, lo que pasa es que no les interesa decir que te han oído. Y si tú no caes en su trampa, tranquilos y porque aquuí no ha pasado nada de nada, porque sencilamente se buscarán a otro pardillo y asunto arreglado.
Y por eso dejan que de contínuo se llene su mochila, porque nunca se van a agobiar. Bueno, eso y hace mucho tiempo me pasaba a mi, que escuchaba a elementos como estos y la verdad es que quedé saturado para el resto de mis días y noches. Aparte que ahora los reconozco antes de que vengan a por mí y les huelo y les veo rápidamente el plumero (lo intuyo antes que verlo). Porque tienen un biotipo determinado y se les nota en los pequeños detalles de cada día. Ellos son los más sufridos del mundo y criar a los hijos es lo más difícil de su existencia y nunca duermen y por eso llegan tarde al trabajo o a lo que sea y siempre con los dejadilla: "fulanito házme el favor de cubrirme, que yo llegaré más tarde", ya sabes que los niños pequeños no te dejan dormir.
Y yo no sé como criaste a los tuyos, pero yo te juro que no puedo más, te dicen. Y lo de los hijos es sólo un ejemplo entre otros muchos, porque ellos se aprovechan de todo y es que me he divorciado y estoy muy jodido y sólo y para ver, si así te dan pena. ¡Coño! que se lo cuentas a otro que se ha divorciado ¡hostia! y por eso ya he pasado y tú ni te enteraste, le dices. Y el tío va y te contesta, que es que tú supiste llevarlo y yo no soy capaz de asumirlo. Y tú pensado en todos los malos momentos que pasaste y entonces le dices: "es que lo que pasa tío es que yo no soy como tú y no voy llorando por las esquinas y dando pena lacrimógena, yo me lo he tragado y digerido y ahora te toca a tí tener que mojarte". Pero hacen que no te oyen, cuando en realidad te oyen y bien clarito, lo que pasa es que no les interesa decir que te han oído. Y si tú no caes en su trampa, tranquilos y porque aquuí no ha pasado nada de nada, porque sencilamente se buscarán a otro pardillo y asunto arreglado.

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