YO...



Yo...
que estaba dotado de armas contra los temores,
Yo...
que me sentía un ángel vengador
y a la vez, un alma en pena...
Ahora... 
me veo en mi propio espejo
y parezco que acabo de salir de la neblina matutina,
mi poco pelo lo tengo gris y blanco,
mi piel es pálida como la leche,
mis ojos están cubiertos de cataratas
y mis ideas se han oxidado por falta de uso
y por exceso de humedad...
Y Yo...
que vivía pensando que después de ti,
vendría la nada,
me acabo de dar cuenta,
que después de ti vino la nada,
pero después del después...
vino una época floreciente,
vino el esplendor del renacimiento,
vino el mejor amanecer que he tenido en mi vida.

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JULIO CORTÁZAR