LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

No todo es escupir a los lados, no señor, pues de vez en cuando también hay que escupir con el viento en contra y así sabrás lo que es que alguien te escupa. No son todas las flores para ti, pues somos millones y millones y todos queremos flores y además seguro que todos queremos las mismas flores. Ni nadie es un ser extraordinario, los hay con más coco o inteligencia, pero también los hay con menos y resulta que estos últimos son los que triunfan. O sea que hay quién desarrolla mejor su inteligencia emocional y por tanto sabe controlar mejor sus emociones.

O sea que ésta inteligencia emocional se basa en saber engañar mejor a los demás. Tú puedes pensar que eres un fenómeno de la naturaleza, pero no lo puedes decir como tal, tienes que ser más fino y sibilino y no decir nada de lo que piensas y lo que debes hacer es marcarte un plan o como le llaman ellos, un plan emocional. Yo le llamo, un plan de trapicheo, pues se trata de venderte bien y para ello es fundamental tener un plan para saber venderte. Vamos que el señor inteligente que por serlo lo dice y lo reivindica, pues no es inteligente emocionalmente y porque simplemente dice lo que piensa. Es decir, no importa la esencia, importan más las formas.

La inteligencia emocional es una patraña. Es aceptar las previas reglas del juego y lo único que te viene a decir, es que tienes que saber utilizar las normas del juego. No puedes decir que eres el mejor, tienes que ganarte adeptos y su reconocimiento y entonces y quizá ya puedas decirlo. En cambio de ir por cambiar las normas, éstas se aceptan y nos dicen que eres inteligente emocionalmente, si sabes jugar con ellas.

Vamos que no se lucha porque se diga la verdad de la cosas, sino que se lucha por adornarlas y así más fácilmente venderlas. Y como si las verdades estuvieran en un mercado de valores y por tanto dentro del sistema capitalista. Eso mismo es, la inteligencia es un valor más en la escala de los valores bursátiles, la inteligencia ha salido al mercado bursátil y por tanto, repito, hay que saber venderse. Así el mercado capitalista se puede fijar en ti y tu vendes tú inteligencia al mejor postor.

1 comentario:

  1. Me hace mucha gracia , pero Bruno la medida del farsante ante el triunfo no es solo un valor de posición económica.Conozco farsantes que su impostura viene dada por supuestos valores sociales y les hace perdedores sistemáticos del sistema,Casi siempre están a nuestros alrededor cercano y también casi siempre les queremos.Son los mas peligrosos ,es difícil detectarlos ya que tienen modales socialmente correcto y aparentemente solidarios. Sin embargo se les distingue por su cobardía ya que nunca juegan porque no les gustan perder incluso lo llegan a inculcar en la educación de sus hijos.Bruno son los modales de los cobardes con los que tenemos que estar prevenidos a los tenderos se les ve llegar,Un enorme Bruno

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JULIO CORTÁZAR