LA TERAPIA DEL ODIO

Lo siento y mucho por los puristas del alma, pero el odio es una terapia que te cagas. Es decir, si odias te sientes vivo y creativo y buscas todas las herramientas necesarias para joder bien y a fondo al otro. Digamos que es la forma más sublime del descontrol emocional y cuanto más daño haces, más disfrutas del tema. Y mira que a lo largo de nuestra historia al odio le han metido caña y normalmente los ideólogos del tema iban de santurrones, de Gandhis de la vida, de Marías Teresas de Calcuta, de controladores aéreos, de Papas (de algunos Papas), de Obispos y los que no iban de pederastas, de árbitros, de harapos medio jipis y mucho olor a pachulí y paz y no a la guerra y amor al prójimo y de que tenemos que querernos todos.

Pues que me perdonen todos los Santurrones, pero si el mundo ha evolucionado es a base de mucho odio y de ganar guerras y de vencer en pequeñas batallas diarias. Porque el odio es muy humano y es tan necesario como el agua de Mayo y claro, para que no todo se cubra de odio, cosa que tampoco quiero, se ponen capas y capas de tiernas pinturas. Y es que el odio es el motor de la historia y gracias a él, ahora podemos presumir de nuestros buenos actos. Y prefiero el odio a las falsas palabras y al poner el culo cuando realmente te están reventando. Y el odio no es solo externo y porque mi lema es: odia al prójimo como a ti mismo.

Y es que si odias a fondo, después amas y te relajas amando y queriendo..., pero claro, todos sabemos que tanta bondad tiene un límite y por eso se dice: que del odio al amor hay un paso y al revés, también funciona. Y mira que se ha derramado Teología y Psicología sobre el tema y perdona a tu enemigo e intenta comprender que le pasa. Pero el tema es mucho más sencillo y al enemigo lo que le pasa es que está inundado de odio, vamos, como lo que te pasa a ti y creo que el llevártelo directamente a la cama, no es la solución del tema problema, ni comértelo a besos, ni fundirte con él en maravillosos abrazos, ni comerle la boca, ni besarle en los labios...Y odio y sangre y saborear la victoria y ya habrá tiempo, para perdones y que no me toques más los cojones, pero primero liquida al enemigo y cuando yazca destrozado en el puto suelo, le das una bendición Papal y para que se vaya más ligero para el otro lado. Y entonces yo reivindico tanto el amor como el odio y el uno sin el otro, no son nada y el verdadero arte creo que está en dar una de cal y otra de arena...

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JULIO CORTÁZAR