de segundas, 
Tengo mi piel como pompas de jabón,
que a su vez,
estallan al paso de la yema de tus dedos,
de primeras,
estremecen su vieja estructura,
de segundas,
aceptan y entienden su caricia incandescente,
de terceras,
se estiran por el gusto
y se convierten en frágiles hilos
que por fin,
y a la mínima brisa marina
explotan como bombas en racimo.
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