¡QUÉ PENA!


 Yo recuerdo ésta Playa de Muros (Galicia), porque en ella realicé mi primera acampada, que pasa como la primera novia: que nunca y nunca se te olvidará. Era salvaje por los cuatro costados y limpia de polvo y paja y sobre todo, limpia de casas. Y llegó un hombre blanco y se construyó su casa y llegó otro hombre pálido y se la construyó más grande que el primero y porque así es la condición humana y ahora aquel bonito paisaje de playa sin límites, ni condiciones, se convirtío en un montón de casas con una playa delante. La mano del hombre es destrutiva, pues hasta destruye los más recónditos rincones de mi memoria. Más vale retener los recuerdos con fuerza, que comprobar que aquello sólo era un sueño. ¡Qué pena!.

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JULIO CORTÁZAR