DESDOBLAMIENTOS (Reflexión)

Hoy tengo que soportar las consecuencias del destrozo neuronal del día de ayer. Le metí tanta caña al coco que hoy soy carne de carroña. Además, como siempre pasa en ésta vida, cuando estás débil los problemas te acechan, es como si los problemas olieran tú debilidad y a lo mejor hasta es verdad, que uno emite un olor peculiar cuando está agobiado y nosotros mismos no nos lo detectamos, pero los problemas sí lo hacen. Acaso no se emite sudor y con él ese olor tan característico que cada uno tiene, habría que inventar un desodorante que anulara el olor al agobio, a lo mejor así salgo de la crisis y me monto en el dólar y por supuesto después ya no os conozco de nada.

                       Me doy cuenta que hago monólogos, que me hablo a mi mismo e incluso me hago gracias. Y es verdad que me rio con algunas cosas que escribo, me escarallo de risa y me parece que el que las escribe es otra persona, que no soy yo, si no otro, aunque sea la misma persona el que las escribe. Esto en Psiquiatría está más que definido y se llama desdoblamiento de la personalidad y por eso necesito verme al espejo varias veces al día, pues pierdo la perspectiva y me transformo en el otro y llega un momento en que si no veo en el espejo ya no sé quien soy. Claro que si estoy muy brotado y encima me miro en el espejo, puedo llegar a ver a cuatro Brunos, los dos que yo tengo y los dos del espejo y era lo que faltaba que me desdoblara en cuatro. ¡Todo un record!. Y entonces, sí que es la hostia, cuatro Brunos al mismo tiempo: mientras el primero escribe, el segundo hace la comida y el tercero se dedica a leer el periódico y así el cuarto a  hace la limpieza.

                       Para eso tomo puntualmente la medicación, para desdoblarme un poco menos. Cuando controlo el desdoblamiento me encanta y disfruto: escribo como hace uno y por ejemplo cocino como hace el otro o trabajo o me divierto o demás actividades diarias, las hago desdoblándome. Lo único malo de éste tema es que la línea que separa la normalidad de la esquizofrenia es demasiado delgada y fina y no es fácil mantenerse en ella, por eso a veces se me escapa la mano y me escoro demasiado hacia uno de los lados. Pero que sería de la vida sin tomar riesgos, sería aburrida y tediosa y eso es lo peor que puede pasar, que el aburrimiento invada tú cerebro.
0: mientras uno escribe, el otro plancha, el tercero hace la comida y el cuarto hace la limpieza.

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JULIO CORTÁZAR