, Aquél cálido verano en que te conocí, lo recuerdas, a mi no se me
olvida. Recuerdas la luna llena y la luz de ella, recuerdas el atardecer
sobre aquella playa. Recuerdas los pinos y su olor resinoso y como al
llegar la noche la hoguera era nuestro refugio. Te acuerdas, yo si me
acuerdo y como me acuerdo. Me acuerdo de cuando me acariciabas o como te
reías y enseñabas tús dientes de plata. Me acuerdo de tús pechos y como
iba desabrochando tú camisa. Me acuerdo de hacer el amor en la húmeda
arena o al lado del dulce calor de la llamas o dentro de la tienda entre
aquél caos de ropa o cuando bailábamos a la luz de la luna y con los
cuerpos desnudos y acariciándonos como dos locos en medio de un pinar.
Me acuerdo de tús besos y del olor de tú piel, de tús ojos de color miel
y de tú nariz aguileña. Me acuerdo de todo, de cada detalle, de cada
segundo, de cada instante. Me acuerdo cuando hacíamos el amor en la
bañera, de decirnos te quiero hasta el aburrimiento, de las noches en
vela y todo por no dejar escapar ese momento. ese momento que podía ser
el último, ese momento que los dos sentíamos como el preludio de una
despedida.
Y así transcurrieron las
noches y los días, los cuales parecían inagotables, pero los días iban
desapareciendo y ellos arrastraban a las noches. Pues todo estaba ya
escrito, todo estaba predeterminado, todo lo que hacíamos nos llevaba,
sin saberlo, hacia la despedida y por eso intuíamos que lo nuestro
acabaría escapándose como se escapa un puñado de arena entre los dedos. Y por eso, cada
momento lo exprimíamos con todas nuestras fuerzas y así, hasta caer los
dos juntos extenuados. Yo recuerdo éstas cosas y podría recordar muchas
más, pero no quiero aburrirte, mis recuerdos son míos y nadie me los
puede quitar, ni tan siquiera tú podrías y menos te dejaría. Aunque a lo
mejor tú también recuerdas todo como yo lo recuerdo y entonces y digo a lo
mejor, aún podemos de vez en cuando volver a revivirlos los dos juntos,
aunque sea a través de nuestros sueños o pesadillas. No hay otra forma
de vivir con los recuerdos, si no es así, recordándolos y nada más que recordándolos, pues si uno
quiere darles forma y hacerlos reales, lo único que hará es que el dolor
inunde el mundo de tús sueños y a partir de ahí, los recuerdos se hacen
insoportables. Por eso es mejor así, seguir sólo soñando, sin más.

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