¿Qué por qué nos gusta escuchar palabras bonitas?. Porque estamos necesitados de cariño y cuanto más cariño recibimos, más cariño queremos. Es como el puto vicio de la droga dura y donde siempre se quiere más y más. Porque además también funciona a la inversa, si no recibes cariño, al final estarás más necesitado. O sea que no hay escapatoria o te dan cariño o te dan por el santo culo. Pero bueno, a todo se acostumbra uno, porque yo voy camino del tercer año que vivo de la sopa boba, ni doy ni recibo cariño y ¡coño! y resulta que aún sigo vivo.
Claro que yo pido cariño con garantías, con garantías de autenticidad y sinceridad. Puede que pida mucho, supongo que la cosa está muy difícil de conseguir, supongo que las cosas se consiguen con mucho trabajo y con una buena dosis de paciencia. Dicen que si se siembra después siempre se recoge cosecha y yo no he sembrado nada. Yo me he dedicado a hurgar en mi pasado y para arreglar todos mis asuntos pendientes, lo cual es un paso previo, lo cual es una parte necesaria para poder partir de cero y hacia no sé sabe donde.
Por tanto, a partir de hoy declaro, que estoy receptivo o hablando en plata: que estoy en época de celo. Me acoplo a lo que haya, me adapto a cualquier postura o postureo. Ya estoy confundiendo nuevamente el cariño con el sexo, es que se me va la pinza fácilmente. Empiezo con un beso y una caricia y acabo siempre en la misma cama. Pero acaso ¿no van unidos?, acaso son diferentes, acaso detrás de un precioso beso, no vienen una serie de caricias cada vez más sensuales y excitadas y una mano en el escote y la otra tocando el hermoso culo ajeno y empiezan a caer piezas de ropa y al final, los cuerpos se acoplan y se culminan en un orgasmo bestial y animal.

No hay comentarios:
Publicar un comentario