MI JARDÍN DEL EDÉN (Poema)

Si tras la verja de mi casa,

hay espacios muertos y vacíos,
 y por donde, circula la vida,
dentro de la verja,
 está la vida en estado puro.

Y esto no lo digo por decir,
lo digo porque es cierto,
la vida se palpa en cada losa,
en cada pino y en cada fruto de un árbol,
y en cada pensamiento, palabra y deseo,
y hasta en los gestos de un niño,
y en sus gritos, lloros y mocos,
¡¡ todo es vida en mi jardín del Edén!!.

La vida florece por todos los rincones,
las flores se ríen y se divierten,
los jazmines se perfuman de esencias,
y la madreselva trepa y trepa,
y trepa tanto,

que llega hasta el azul del cielo..

Todo en éste jardín olvidado,
es un canto a la vida,
desde el perro hasta la tortuga,
desde un camaleón hasta la voz de un niño,
desde la puerta de entrada a la de salida,
y aunque en éste caso,

sea la misma puerta,
la única puerta que hay,
 la puerta del jardín de mi Edén.

Mi jardín es una olla en ebullición,
y es una burbuja de aire,
y en mi jardín las flores no son flores,
son corazones que laten,
y la sombra de la Buganvilla,
no es sombra en sí misma, 
es solo una delicia turca.

La vida allí, en mi jardín,
está tejida por una araña,
y los hilos que la unen,
son hilos finos de terciopelo,
y en el centro de la telaraña,
aparecen colgadas,
cuatro letras brillantes 
y brillantes como soles,
 y que el viento las mece con suma delicadeza,
y ellas, las cuatro,
 hacen una maravillosa palabra,

y esa palabra es::
¡VIDA!.

La vida se respira y se mastica,
la vida se bebe y corre a raudales,
la vida está borracha de vida,
la vida se enternece consigo misma,
se envuelve, se revuelca,
y la vida se ríe a carcajadas de tanta vida.

Y éste es mi jardín del Edén,
un jardín que no tiene estatuas,
pues las estatuas carecen de vida,
y en cambio, si hay tres preciosos niños,
tres niños que irradian vida por sus ojos,
y que presiden como Reyes, 
mi lindo jardín del Edén, 
ese jardín donde todo lo que hay,
 ¡¡¡¡REZUMA VIDA.!!!!

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JULIO CORTÁZAR