EL BESO PERFECTO





El beso perfecto
es el beso que tú me has dado.
Es ese beso que brotó en la raíz de tus labios,
y que por fuerza de la gravedad se depositó en los míos.

Un beso entre lo divino y lo humano,
un beso de araña,
un beso suave y tierno,
un beso envuelto en aquellas fiebres de verano.

Ese beso perfecto
fue mi primer beso,
un beso apocado, tímido, inseguro,
un beso de temblores y con mezcla de sabores,
sabor a saliva con mucha adrenalina,
dulce por placer y amargo por miedo.

A partir de ese beso
sólo tuve una idea
y una fijación dentro de mi cabeza,
me dije que siempre y siempre...
perseguiría tus besos perfectos.

Por esa razón
aún hoy, te persigo,
y lo hago desde aquel día
en que me diste el beso perfecto,
y sin consciente de ello
sé que sigo buscando tus labios de almendra
y tu boca de planta carnívora.

Creo que desde ese beso,
estoy marcado y me puedo considerar como tu esclavo
y desde aquél extraño día
sueño y duermo en la comisura de tus labios,
y cada noche y antes de dormir,
le doy un beso al aire,
un beso que sólo es para ti,
y por supuesto,
para que caiga sobre la suave seda de tus labios. 

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JULIO CORTÁZAR