En donde encaja casi todo,
yo no encajo.
No entro
y si entro me salgo por el otro lado y desbordado
o me obturo en un codo complicado
y atasco la máquina que lo encaja casi todo.
Yo nací desencajado
y nunca me ajustaron del todo,
tengo resquicios por donde me entra aire,
tengo algunas vértebras defectuosas que condicionan mi equilibrio,
tengo el occipucio abombado
y el lóbulo frontal desquiciado.
Tengo dos velas en mi mesilla de noche,
una, la tengo dedicada a la luna
y la otra,
es un recuerdo de una noche desenfrenada
que fueron tantas y tan descontroladas
que ahora se me hace difícil
acordarme de una en concreto.

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