Quedan aquellos paisajes lunáticos de sol y niebla,
con la luna colgando del techo
y la puerta de mi habitación entreabierta,
por si entrabas a hurtadillas y a pequeños pasos
y buscando mi cuerpo desnudo bajo las sábanas,
pero creo que me fui acostumbrando al vacío de tu cuerpo
y a dormir acompañado de los fantasmas de la noche.

No hay comentarios:
Publicar un comentario