La verdad es que...
me estoy quedando sin argumentos,
solo me queda desnudarme
y quedarme mudo y tieso
y pensar que el mundo puede cambiar algún día
y aunque sea un poco...
Y lo digo yo,
que en 65 años no he cambiado casi nada,
sigo siendo el mismo paria
y el mismo ser utópico que era antes
y seguramente,
que lo era antes de mi nacimiento.
Ahora solo soy mucho más viejo,
pero casi nada ha cambiado dentro de mis entrañas
ni bajo la maraña de mis ideas más utópicas
ni siquiera en lo mecanismo más complejo de mis pensamientos.
Vale...
que me veo en el espejo
y se me caen los atributos y los colgajos casi tocan suelo,
pero eso no me lleva a decir
que me odie y no me quiera.
Me quiero
y me reivindico como un ser humano
que lo ha querido todo
y creo,
que algo de todo ese amor
ha quedado entre la uña y la yema.

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