Tuve ganas de abrir la ventana
y por eso de comunicarme un poco más con el mundo
recibí tal bofetada de calor
que casi me derrito en el acto.
Entonces la volví a cerrar
y desde esas
vivo encerrado a cal y canto,
tapié ventanas
cerré definitivamente las puertas
y ahora vivo dentro de mi agujero negro,
como arañas, moscas y mosquitos
y de vez en cuando hago ensalada con cualquiera de mis plantas.
La soledad en general, evoca temor
pero en realidad,
la soledad es la mejor compañía que uno puede tener.
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