Lo de escribir es algo íntimo, es algo que tengo que hacer solo. Después de estar escrito, me da igual quién lo lea, es más, es mi pretensión que cuantos más lo lean, pues mejor. Y porque antes no y después, sí. Buena pregunta, mi querido camarada, pero la respuesta es más que clara, en el fondo y en la superficie busco la fama que me llevará a no sé donde. Fama y pasta y reconocimiento y miles de libros vendidos y firmados en las mejores ferias del mundo. Perdón señor Bruno me puede usted dedicar éste libro y es que he leído todo de usted. Podría decir que es un sueño de una noche de verano y en la que quiero que me estorbe la gente, que las masas me apabullen, que me arranquen la ropa y que besen mis calzoncillos. Falsa modestia hay mucha y a todo dios le va la vaina de la pasta y de la fama y que los fans te coman la polla. Falsa modestia de un tío honrado y modesto y quizá llegue algún día en que me transforme en lo contrario de lo que hasta ahora he sido, pero a éstas alturas de mi vida y en la que me quedan cuatro telediarios, dudo y mucho que yo me convierta en un capullo sideral. Quizá hace 40 o 30 años podía ser una verdadera tentación, pero ahora que soy un viejo pellejo, la fama me sirve de alfombra y la pasta para limpiarme el culo.
Radicalicémonos, seamos lo que hasta ahora nunca pudimos ser. Dicen que la edad te hace más conservador y yo puedo decir todo lo contrario, el paso de los años y la última etapa de mi vida, me han insuflado de ánimos y me han dado unas fuerzas mentales y espirituales que nunca tuve (físicas no, claro). Podía decir que estoy llegando al culmen en mi forma de ser y de estar por la vida. Me siento consecuente con lo que pienso y digo. No admito dar la mano a un soplapollas que se cree que está por encima de mí o de nosotros o de todos. No viajo porque aunque me guste ver y observar cosas preciosas, no me compensa padecer las incomodidades de un viaje. Mi sala de estar, mi mesa de escribir, mi baño, mi cagadero, mi cama, mi almohada, mis plantas y la luz de mis flexos y porque ese es mi secreto, me siento encantado entre mis cuatro paredes. Y que nadie piense en que estoy esclavizado a ésta casa y porque si me dejan llevar conmigo mis cuatro cosas a la casa que sea y donde sea, yo me instalo hasta en el fin del mundo y tan contento me quedo.
Dicen que la vida se hace a base de repeticiones y sin ir tan lejos, algo hay de verdad en eso y porque me suenan muchas cosas que ahora estoy viviendo, me suena mi casa antes de vivir en ella, la música envuelve mi alma como antes lo hacía, el viento sigue revolviendo las olas, el faro que tengo dentro de mi mente se parece demasiado al que tengo enfrente, la lluvia al caer en mi cara me trae recuerdos de cuando bailaba desnudo en aquella playa, los pájaros que antes me molestaban, ahora se han convertido en mis amigos y lo único que echo de menos, son las luciérnagas cuando salían de noche en el verano infinito de mi infancia.

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