¿QUÉ QUIEREN DE NOSOTROS?

Yo intento descubrir cosas, intento diseccionar por partes el cerebro humano, pues no hay otra cosa que me mantenga más en pie, que el querer saber su funcionamiento. Y no el funcionamiento fisiológico, pues de ese funcionamiento ya sé mucho, pues para eso estudié Medicina (y sigo estudiando). Que no, que a mi no me convencen que somos putas máquinas que segregamos sustancias, que por mucha Dopamina que haya, yo no voy a estar más o menos contento. Que hay áreas específicas en nuestro Cerebro que son las determinan que seas más simpático, más inteligente o más empático.

Primero porque mi área de Empatía tendría que estar destrozada, pues yo odio lo empático y eso es visceral y sale de mis adentros. Que yo pienso que todas esas sustancias que dicen que segregamos, me las paso por el culo y sigo tan contento. Que ayuden a estar en un estado o en el otro, es otra cosa muy distinta. Una ayudita siempre nos viene bien y más si ahora se dedican a sacar pastillitas que estimulan o deprimen esas sustancias. Ahora que nadie se atiborre de esa pastillas, porque está más que demostrado que si uno no quiere cambiar de estado de ánimo, las pastillitas tampoco y además te van a llenar de efectos secundarios.

Vamos que no hay una pastillita o varita mágica. Que te lo tienes que currar, que primero tienes que sufrir como un cerdo y para después, ser un dulce corderito feliz. Porque esa es otra, para ellos ser feliz es que tu aceptes sus normas, que te doblegues, que seas obediente, que no alteres a la sociedad, que no grites, que no chilles y por último que muestres tu agradecimiento por ser un bobo reciclado. Los Chinos en sus tiempos, le llamaban reeducación y nosotros ahora le llamamos, estar emocionalmente estable.

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JULIO CORTÁZAR