Las cosas no hablan
los búhos tampoco,
los búhos ululan,
las lenguas murmuran
y cuchichean palabras a los oídos ajenos.
Las cosas en cambio, no hablan,
ni dicen nada,
salvo que las rompas
y entonces, lo dicen todo.
Yo me parezco mucho a las cosas,
soy parco de palabras y corto de gestos,
me gustaría haber sido lo contrario,
pero ahora ya es tarde para volver atrás...
Por tanto y por definirme lo mejor que puedo
soy un asesino de las palabras,
me cortaría las manos,
me cortaría los brazos
y me haría un muñón de medio cuerpo
y así, me quedaría tan inexpresivo como lo soy ahora.

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