El hecho de ser habitados por la nostalgia
demuestra
que el poso que dejan los sentimientos
es nuestra principal fuerza motriz.
Casi siempre volvemos al sitio donde nacimos
y allí volvemos a jugar a quién se esconde mejor
y recuperamos por un instante
el sabor que nos dejó
nuestro primer beso.
Después y poco a poco
nos vamos diluyendo hasta el día de hoy.
Y entonces y sin darnos cuenta...
nos hicimos viejos nostálgicos.
El hecho de ser habitados por la nostalgia
demuestra
es nuestra principal fuerza motriz.
Casi siempre volvemos al sitio donde nacimos
y allí volvemos a jugar a quién se esconde mejor
y recuperamos por un instante
el sabor que nos dejó
nuestro primer beso.
Después y poco a poco
nos vamos diluyendo hasta el día de hoy.
Y entonces y sin darnos cuenta...
nos hicimos viejos nostálgicos.

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