Y me acordé de tí,
pero me acordé de tus malos rollos,
sí, de ese café a media tarde que se fundía con la noche,
del que yo no duermo y por lo tanto..., tú tampoco,
y venga a contar historias que olían a pergamino,
y venga a recordar ese mal aliento mañanero,
y el como te sudaban las manos,
o el como te comías las uñas y escupías los pellejos,
y es que por mucho que digamos,
los recuerdos no siempre son bellos,
a veces son trozos de metralla.
pero me acordé de tus malos rollos,
sí, de ese café a media tarde que se fundía con la noche,
del que yo no duermo y por lo tanto..., tú tampoco,
y venga a contar historias que olían a pergamino,
y venga a recordar ese mal aliento mañanero,
y el como te sudaban las manos,
o el como te comías las uñas y escupías los pellejos,
y es que por mucho que digamos,
los recuerdos no siempre son bellos,
a veces son trozos de metralla.
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