LA PERFECCIÓN IMPERFECTA

La única perfección que busco y que tengo en mi vida, es la de mi mesa de estudio. Ahí, busco el orden perfecto, el que la mesa esté limpia e impoluta, el que el ordenador brille con preciosos destellos, el que el cenicero no esté repleto de colillas y que ese orden, que al mismo tiempo es desordenado si se mira desde afuera, que esté en su sitio y que cada objeto tiene su misión concreta. O sea busco el orden que yo no tengo, busco esa perfección imperfecta, busco esos folios en blanco y como dejados a la mano de dios y el móvil que esté a mi izquierda y porque yo soy zurdo y porque pienso con el lóbulo cerebral derecho, pues parece que la cosa del coco va al revés de la mano dominante.

Y mi flexo, ay¡¡ mi flexo, mi flexo tiene que estar encendido sí o sí y no porque siempre necesite de su luz, sino porque en sí, forma parte del decorado y además aclaro, que es tan importante como lo soy yo. Y es que sin mi flexo, no soy nadie y por eso, mi casa está llena de flexos y lámparas y porque me encanta la luz indirecta y porque así también dejo espacio al mundo de las sombras. Y "ley y orden" como decían y dicen los bienpensantes de la sociedad, que mira que hay que estar bien jodido del coco, para adorar a un tipo de sociedad que hace aguas por todos los lados. Menos mal, que ahora aparecen los Partidos políticos emergentes, que nos van a salvar de la antigua y vieja miseria política. Y que sí y que sí mi querido Pablo Iglesias, que si vas a ser Vicepresidente y ya entonces, tú también vas a vivir de la sopa boba.

Tenemos lo que nos merecemos, ni más ni menos y muchos y entre ellos yo, creímos que el mundo podía dar la vuelta, pensamos que habría una nueva forma de hacer política, que la savia nueva haría crecer la hierba, que la justicia y los angelitos buenos volverían a nuestras praderas y campos, pero señores, en esto llegó Herodes o la Ángelita Merckel y se cargó a los angelitos buenos y antes de que cumplieran un mes de vida. Cosas que pasan y que al parecer, seguirán pasando y porque en el fondo no existen los salvadores de la patria, ni los libertadores del mundo y todo, porque ellos son como nosotros y nosotros, somos trozos de carne con dos ojos y los que tenemos un poco de alma, pues pasa que para estos menesteres, no nos sirve para nada.

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JULIO CORTÁZAR