ESTOY CANSADO DECIRLE AL VIENTO


Estoy cansado de decirle al viento, 
que me hable,
que me cuente historias traídas desde el otro lado del mundo,
Quiero que me cuente cosas, 
que me diga,
que me narre historias, 
que me escriba,
que me silbe al oído palabras bonitas
y si algo no soy capaz de entender
que tenga paciencia conmigo,
mi ritmo vital es circadiano
y no sé mirar si antes no veo lo que hay.
Y en cambio el suyo a veces es calmo
y en otras es tempestuoso, huracanado y ciclónico,
por tanto yo tengo mis horas bajas
y mis momentos peores,
y no pretendo cambiarme,
ni ser mejor que nadie,
ni siquiera me gustaría cabalgar en un corcel triunfante
por las calles de mi pueblo
y prefiero el tedio del silencio
a las grandes avenidas en las que a veces vivimos,
me gusta el silencio de la noche,
pero no me gusta nada...
 el silencio de los corderos.

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JULIO CORTÁZAR