HAY CONSUELO EN EL DESCONSUELO

 

Estábamos muy cerca

tan solo a 5 kilómetros 

y unos cuantos metros.


Había mañanas que al despertar

al abrir la ventana

me inundaba de ese aroma tan tuyo.


Claro que después te llamaba

con mi voz interior

y el silencio me respondía

con su voz muda.


Hay días 

que me imagino que nos encontramos

y cuando, como ahora,

ya nada tiene sentido 

ni siquiera quedan cenizas de aquella hoguera.


Algo peligroso es

porque seguro que te buscaría las cosquillas

te vería como más vieja

y para demostrarme

que conmigo no hubieras envejecido tanto

o de esa manera.


En realidad

también es verdad 

y así una vez más queda demostrado

que hay consuelo

hasta en el mismo desconsuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GEORGE ORWELL