Tal vez cuando te conocí no lo pude comprender,
no comprendí que tú eras la estrella
y yo era el invitado,
y yo el bufón de tu reinado,
que tú eras el águila real
y yo la serpiente que se arrastraba bajo el agua
no lo comprendí..., pero sí que lo intuí...
intuí que tu perfume era la esencia del diablo,
intuí que tus pupilas eran dos dagas afiladas,
y ese hablar y esa cadencia tan dejada
no eran productos inocuos y naturales,
era en sí...el principio del fin,
el siseo, el veneno,
el colmillo retorcido
y las ganas de morderme el cuello.
Tal vez cuando te conocí no lo pude comprender,
no comprendí que tú eras la estrella
y yo era el invitado,
y yo el bufón de tu reinado,
que tú eras el águila real
y yo la serpiente que se arrastraba bajo el agua
no lo comprendí..., pero sí que lo intuí...
intuí que tu perfume era la esencia del diablo,
intuí que tus pupilas eran dos dagas afiladas,
y ese hablar y esa cadencia tan dejada
no eran productos inocuos y naturales,
era en sí...el principio del fin,
el siseo, el veneno,
el colmillo retorcido
y las ganas de morderme el cuello.
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