Podría volar
pero no quiero.
Estoy harto de volar sin paracaídas
y de caer desde lo más alto
hasta lo más bajo del inframundo.
Estoy cansado
de hacer vuelos rasantes
y de rasgar mi piel contra el suelo
y para por fin, aterrizar
donde nunca nadie ha querido aterrizar.
Podría volar,
pero me niego a volar,
ahora prefiero andar con los pies en el suelo
y arrastrar mis miserias como cadenas de hierro,
ahora veo y observo mis debilidades
y no me escuecen tanto mis heridas,
ahora lo pienso todo más,
y pongo a ese todo dentro de mi relatividad.
Por tanto,
quizá algún día pueda volar,
pero también puede
que ya esté más muerto que vivo
y porque en el fondo,
¡todo es relativo!.
¿Andar o volar?
total...¡qué más da!

No hay comentarios:
Publicar un comentario