Hay máquinas del tiempo
que miden el destiempo
las ganas de querer.
Hay horizontes lejanos
y hay amores cercanos
que al final,
se fueron tras el atardecer.
Y hoy tengo ganas de coger el día
y lavarlo con la lluvia del amanecer...
y de enjuagarme los dientes
con el sabor amargo de tu querer.
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