LA DECADENCIA

Es lo malo de estar siempre rebelándose, que llega un momento en que te cansas o te agotas. Los gobernantes ya sean locales o a nivel de estado, tienen piel de Rinoceronte, piel insensible y resistente a todo tipo de opiniones. Claro que como estamos en una falsa democracia, ellos escuchan los rumores y con su varita mágica los convierten en ilusiones ópticas. Vamos que somos el resto los que alucinamos por la orejas, ellos en cambio tienen la ecuanimidad que da la razón, la razón de ellos, claro está.

Y para ello, tiene los medios, los medios de comunicación, que cumplen perfectamente el papel de comparsas y además les ayudan a explicar lo inexplicable.Como si yo y vosotros, careciéramos de olfato y no oliéramos ese olor tan putrefacto que da la decadencia. Si porque todo huele a decadencia, ineficacia por todos lados, palabras vacías de contenido y sobre todo prepotencia, que ya es la última fase de cualquier sistema político.

Y vosotros ¿qué queréis mis pequeños saltamontes?, nos preguntan con aires de maestro paternalista. Pues primero, que os evaporéis del mapa. Segundo, que os juzguen por chorizos y tercero, que devolváis la pasta que nos habéis robado. Y esto sólo sería el aperitivo, de primer y segundo plato que se cambiara de sistema y no sigo, porque si sigo, puede que plantee que dios vuelva a crear el Mundo.